viernes, 13 de diciembre de 2013

El aprendizaje a lo largo de la vida.

En la enseñanza básica de esta semana tuvimos la oportunidad de conocer el testimonio de dos compañeras de Educación Social que tras abandonar los estudios, por diferentes circunstancias de sus vidas, decidieron retomarlos hace cuatro años.

Clara es una de ellas.

Clara tiene 44 años y retomó sus estudios a los 40, tras sufrir mobbing en su puesto de trabajo de aquel entonces.

A ella, desde pequeña, le habían dicho que no servía para estudiar. De hecho, nos confiesa que su padre le ayudaba a estudiar y que esa dependencia le hizo no saber estudiar por ella misma, o al menos eso es lo que llegó a pensar.

Hizo un módulo de secretariado, en el que tuvo que emplear dos años más de lo habitual,  y después se matriculó en la carrera de Magisterio, pero vio que esto no la motivaba.

Tras sufrir acoso laboral, Clara decidió dar un cambio a su vida y retomar sus estudios, matriculándose en el módulo de “Animación Sociocultural”. Fue entonces cuando descubrió lo que verdaderamente le gustaba y fue por ello por lo que se animó, tras finalizar dicho módulo, a realizar la carrera de Educación Social. Nos cuenta, además, que desde que está estudiando en la Universidad Pablo de Olavide ha tenido muchas oportunidades para vivir experiencias inolvidables y verdaderamente enriquecedoras (viajó a una aldea de Marruecos, estuvo este verano en EE.UU. durante dos meses formándose en una Unidad de Estancia Diurna…)

Para ella esta experiencia ha sido realmente positiva y nos dice que si algo ha aprendido con los años es que todo aquello que aprendemos puede sernos de gran utilidad en nuestra cotidianeidad. “Nada es inútil de aprender y de ello te das cuenta con los años porque ves que tienes muchos recursos a tu alcance, aunque muchas veces una lo olvide”.

Pero no solo pudimos conocer la experiencia de Clara, también compartió con nosotras su experiencia Victoria, compañera de Educación Social.

Victoria tiene 50 años.

Comenzó con 46 años en la carrera de Educación Social.

Ella trabaja como cocinera y nos transmite que ella realmente ha retomado sus estudios por motivación e inquietud personal por aprender.

Para ella todo lo que aprendemos sirve en nuestra vida.

A nuestras espaldas llevamos una mochila donde guardamos todas aquellas cosas que hemos aprendido a lo largo de los años y que están ahí para utilizarlas cuando nos hagan falta.

Nos comenta Victoria que aunque ella no ha podido participar en ciertas actividades organizadas por la universidad, y en las que Clara sí que ha participado, realmente participa en todo cuanto puede. Bromea con ello diciendo que está “metida en todos los fregaos”. De hecho, ella es la organizadora y administradora del grupo Facebook de los educadores sociales de la Universidad Pablo de Olavide (“Los edusos de la UPO”). Además, fue finalista de los premios Nico, organizados por “Mundo Mayor”, en los que se la galardonó con una estatuilla.

De esta manera, gracias al testimonio de estas dos compañeras, hemos podido ver que realmente para aprender solo hacen falta una serie de ingredientes, como si de una receta se tratara: motivación, inquietud y recursos, combinados con dedicación,  constancia y un poco de organización, además de una dosis de ingenio y creatividad.

Por último, antes de cerrar esta entrada, nos gustaría compartir un vídeo que verdaderamente nos emocionó y que es muy significativo para poder comprender lo explicado.

¡Esperamos que os guste!


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